Skip to main content
Aunque ambos caminos son igualmente erróneos, la condición de perdido del hermano mayor es más peligrosa porque la mayoría de los hermanos mayores están cegados ante su condición.

Mi libro favorito de Timothy Keller es El Dios pródigo (2008). En él, Keller profundiza en la parábola del hijo pródigo (Lucas 15:11-32), o como Keller la llama, la parábola de los dos hijos perdidos. Para Keller, tanto el hermano menor como el mayor de la parábola de Jesús están perdidos, pero de distinta manera. El hermano menor está espiritualmente perdido debido a su rebelde “vida alocada” con prostitutas (v. 13). Pero el hermano mayor, que dice que nunca ha desobedecido a su padre (v. 29), también está espiritualmente perdido. Para Keller, el hermano menor representa el camino del autodescubrimiento, mientras que el hermano mayor representa el camino de la conformidad moral. Ambos son caminos por los que la gente intenta encontrar la felicidad y la plenitud en la vida. Pero ambos caminos son erróneos porque, en última instancia, son proyectos de autosalvación: “Hay dos formas para que usted sea su propio Señor y Salvador”, escribió Keller. “Una es transgredir todas las normas morales y establecer su línea de comportamiento, y otra, obedecer todas las normas morales y ser muy, pero muy bueno.” Los hermanos mayores obedecen las leyes de Dios no por amor a Dios, sino porque en el fondo, quizá inconscientemente, están utilizando a Dios para conseguir lo que realmente quieren.

Por supuesto, no todo el mundo encaja perfectamente en una u otra opción. Algunas personas fluctúan entre los dos caminos. Muchas otras intentan ambos caminos en distintas partes de su vida. Por ejemplo, no es raro que los hermanos mayores morales tengan comportamientos secretos de hermanos menores. Del mismo modo, muchas personas no religiosas pueden sentirse moralmente superiores a los religiosos.

Aquí es donde el libro de Keller realmente le dio en el clavo para mí: “Hay una gran diferencia entre un hermano mayor y un cristiano verdadero y creyente en el Evangelio. Pese a ello, existen de igual modo muchos cristianos genuinos que muestran actitudes de hermanos mayores. Por tanto, si usted vino a Cristo por ser un hermano menor, está siempre el peligro de recaer parcialmente en adicciones u otros pecados de hermano menor; pero si se ha vuelto cristiano por ser un hermano mayor, con más facilidad puede aun caer de nuevo tanto en actitudes de hermano mayor así como en debilidad espiritual; y si no ha comprendido cabal y profundamente el Evangelio, volverá a ser condescendiente, condenatorio, ansioso, inseguro, descontento y a estar enojado todo el tiempo.”

Parecido a un hermano mayor. Así soy yo. O al menos ha sido y es una tentación siempre presente para mí. Incluso este año he caído ocasionalmente en una actitud de hermano mayor con Dios. Por la gracia de Dios, he sido más consciente y sensible a este lado oscuro y santurrón de mí. Quizá por eso soy hipersensible a las actitudes de hermano mayor en la Iglesia.

Para Keller, aunque ambos caminos son igualmente erróneos, la condición de perdición del hermano mayor es más peligrosa porque la mayoría de los hermanos mayores están cegados ante su condición. La pecaminosidad de los hermanos menores es evidente, pero como los hermanos mayores están ciegos a su propia perdición, esta representa “una condición espiritualmente más desesperada”

Según las expectativas del antiguo Medio Oriente, el hermano mayor de la parábola de Jesús debería haber sido el que saliera en busca de su hermano menor perdido para traerlo a casa. En cambio, el hermano mayor se resentía de la gracia pródiga (imprudentemente extravagante) de su padre hacia el hermano menor. Jesús se señala a sí mismo como el verdadero hermano mayor que busca a los perdidos, pagando el precio extremo en la cruz para redimirlos. Es a través de la comprensión profunda del amor y la gracia de Cristo hacia nosotros que seremos transformados a su semejanza. “El amor desinteresado destruye la desconfianza de nuestros corazones hacia Dios, la que nos mueve a ser hermanos menores o hermanos mayores”

 

We Are Counting on You

The Banner is more than a magazine; it’s a ministry that impacts lives and connects us all. Your gift helps provide this important denominational gathering space for every person and family in the CRC.

Give Now

X