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No podemos utilizar esta doctrina para reprimir el debate o para demonizar a cualquiera que no esté de acuerdo con nosotros.

En mi artículo "Malinterpretación transcultural de las Escrituras" (octubre de 2023), mencioné la doctrina de la claridad, o perspicuidad, de las Escrituras. Creo que puede haber confusión sobre lo que significa esta doctrina. Algunas personas citan esta doctrina como una forma de desafiar a quienes tienen interpretaciones bíblicas diferentes. A menudo, el desafío lleva implícita la acusación de que la otra persona está faltando al respeto a la autoridad de la Biblia.

La doctrina reformada sobre la claridad de las Escrituras enseña que lo que se necesita para la salvación está claro en las Escrituras. No enseña que todo en la Escritura es claro y fácil de entender. Una antigua confesión reformada, la Confesión de Fe de Westminster (1646), dejó esto explícitamente claro: "Los significados de todos los pasajes de la Biblia no son igualmente obvios, como tampoco ningún pasaje individual es igualmente claro para todos. Sin embargo, todo lo que tenemos que saber, creer y observar para ser salvos está tan claramente presentado y revelado en alguna parte de la Biblia, que tanto el inculto como el instruido pueden entenderlo lo suficiente mediante el uso apropiado de los medios ordinarios de gracia." (Capítulo 1.VII, versión moderna en inglés)

La propia Escritura implica que tiene partes que no son fáciles de entender: "Hay en ellas (cartas de Pablo) algunos puntos difíciles de entender que los ignorantes e inconstantes tergiversan, como lo hacen también con las demás Escrituras para su propia perdición." (2 Pe. 3:16). Y el eunuco etíope necesitó la ayuda de Felipe para entender al profeta Isaías (Hch. 8:26-40).

Confesar la claridad de la Escritura, por lo tanto, no nos impide utilizar métodos interpretativos minuciosos para estudiar e interpretar la Biblia. El informe sinodal de 1972 de la ICR "La naturaleza y el alcance de la autoridad bíblica (Informe 44)" señaló: "Los reformadores, al confesar la perspicuidad de las Escrituras, nunca pretendieron sugerir que no se encontraran problemas al interpretar la Biblia, problemas que requirieran la aplicación de la exégesis gramatical e histórica" (Acts of Synod 1972, p. 514). La doctrina tampoco sugiere que los cristianos que utilizan métodos interpretativos minuciosos no puedan llegar a conclusiones o interpretaciones diferentes de las Escrituras.

Por supuesto, debemos pedir en oración la guía del Espíritu Santo para interpretar las Escrituras. De hecho, sin la iluminación del Espíritu Santo, puede que ni siquiera seamos capaces de comprender el mensaje central de salvación. Como dice el informe sinodal: "Bajo el poder iluminador del Espíritu Santo, la Biblia es un libro abierto, que en su mensaje central y comprensivo es fácilmente accesible e inequívocamente claro para el corazón y la mente creyentes. ... Indispensable para entender el mensaje central y comprensivo de la Escritura es una fe guiada por el Espíritu". (Acts of Synod 1972, p. 541) Sin embargo, nótese que aquí se hace hincapié en la comprensión del mensaje central de salvación mediante la ayuda del Espíritu Santo. No significa que el Espíritu Santo nos revele todos los misterios bíblicos. Los instrumentos interpretativos, como los recursos históricos y lingüísticos, siguen siendo necesarios.

No quiero decir que no haya pasajes claros en la Biblia. Pero sí creo que no podemos utilizar la doctrina de la claridad para reprimir el debate o para demonizar a cualquiera que no esté de acuerdo con una interpretación bíblica concreta y considerarlo una falta de respeto a la propia autoridad bíblica.

Estemos en desacuerdo amable y respetuosamente, asumiendo lo mejor de cada uno en lugar de lo peor.

P.D. Gracias por todo su apoyo y sus donaciones económicas. Al momento de escribir este artículo (principios de diciembre de 2023), hemos recibido más de $424,000 en donaciones, ¡el 85% de nuestra meta de $500,000! Sin ustedes, no podríamos cumplir nuestra misión periodística basada en la fe. ¡Muchas gracias!

 

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